Una noche de misterio
Estando el mundo dormido
Buscando un amor perdido
Pase por el cementerio.
Desde su azul hemisferio
La luna su luz ponía
Sobre la muralla fría
De la necrópolis santa
En donde a los muertos canta
El búho su triste elegía
La luna sus limpideces
A las tumbas ofrecía
Y pulsaba el aura umbría
El arpa de los cipreses.
Y aquellas lobregueces
De mi corazón hermanas
Me inspiraron, y con ganas
De interrogar a la parca
Entré a la glacial comarca
De las miserias humanas.
Acompañado del cierzo
Los difuntos visité
Y en cada tumba dejé
Una lágrima y un verso.
Estaba allí de perverso
Entre seres no ofensivos
Fui a perturbar los cautivos
En los sepulcros desiertos
Me fui a buscar a los muertos
Por tener miedo a los vivos.
La noche estaba muy bella
Y el aire muy sonoro
Y una dalia de oro
Semejaba cada estrella.
Y la brisa sin querella
Por ser voluble y ser vana
En esa mansión arcana
Corría llena de embelesos
Poniendo sus frescos besos
En la gran miseria humana.
La luna seguía brillando
En el azul de los cielos
Y las nubes con sus velos
Sin miedo la iban tapando
Y en procesiones pasando
Por la inmensidad secreta
Iban.. y la brisa inquieta
Retozaba en el sauz
Que emperlaba con su luz
Diana la novia del poeta.
La luna, que Diana es
En aquella hermosa noche
Se abría como el áureo broche
De una flor de esplendidez
Sentí vacilar mis pies
En tan lúgubre mansión
Y me senté en un panteón
Con la lira en una mano
Y como un revuelto oceano
Temblaba mi corazón
Bajo de un ciprés sombrío
Y verde cual la esperanza
Con su fúnebre asechanza
Estaba un cráneo vacío.
Y sentí pavor y frío
Al mirar la calavera
Pareciéndome en su esfera
De que se reía de mi
Y yo de ella me reí
Viéndola calva y tan fiera.
Dime humana calavera
¿Que se hizo la carne aquella
Que te dio hermosura bella
Cual lirio de primavera?
¿Que se hizo tu cabellera
Tan frágil y tan liviana
Dorada cual la mañana
De la aurora al nacimiento?
¿Que se hizo tu pensamiento?
Responde Miseria Humana.
Calavera sin pasiones
Di que se hicieron tus ojos
Con que mataste de hinojos
A idílicos corazones.
Que represos de ilusiones
Te amaron con soberana
Pasión que no era villana
En esas horas tranquilas
¿Que se hucieron tus pupilas?
Contesta miseria humana
Aquí donde no hay tropel
Calavera sin resabios
Di que se hicieron tus labios
Tan rojos como un clavel.
Y dulces como la miel
De la campiña romana
Esos tus labios de grana
Llenos de pasión mentida
¿Que se hicieron en la vida?
Responde Miseria humana.
Calavera a quien feliz
Besa la luna de plata
Di porque te encuentras ñata
Si era larga tu nariz.
¿Donde esta la masa gris
De tu cerebro pensante?
¿Donde está el bello semblante
Y tu mejilla rosada
Que a besos en noche helada
Quiso comerse un amante?
Aquí donde todo es calma
Contesta cráneo vacío
¿Que se hizo tu poderío
Que fue el placer de tu alma?
¿Que fue de la aurina palma
Que te dio el amor un día
Tu altivez tu bizarría
Tus sonrisas que mintieron
Dime, dime, que se hicieron?
Oh calavera sombría
A mis interrogaciones
El cráneo blanco callaba
Mientras la luna alumbraba
Sarcófagos y panteones.
Y dije sin aflicciones
Si eres el cráneo de aquella
Que en la vida sin querella
Me despreció con desdén
Despréciame ahora también
Eclipsa otra vez mi estrella.
Estamos en la mansión
De la austera realidad
¿Que se hizo la livuandad
Que tenía tu corazón?
¿No resoondes? Mudos son
Tus labios, que pronunciaron
Cosas que ya se tornaron
En palidas flores muertas
Cosas que no siendo ciertas
A mi pobre alma mataron.
Aquí en esta soledad
Que solo cruza el cocuyo
Dime ¿Que se hizo tu orgullo
Tu amor y tu vanidad?
¿Que se hizo tu potestad
De persona soberana
Y mentirosa y galana
Que ostentó tanta belleza
Que se hizo tu grandeza?
Responde Miseria Humana
Vanidad de vanidades
Solamente son tus galas
Oh mariposa sin alas
Llora si, tus liviandades.
Las áticas realidades
Te circundan con profundo
Marasmo, donde infecundo
Es el amor que ilumina
Aquí es donde se termina
Las vanidades del mundo.
Aquí en este campo santo
Se terminan los amores
Las alegrías, los dolores
El poderío y el encanto.
Secan los ojos el llanto
Y el mundo vivo suspira
Aquí no llega la ira
De la muchedumbre inquieta
Aquí se termina el poeta
Y se enmudece la lira.
En este mundo idealista
De egoísmo y de censura
Tan solo la sepultura
Es la que no es egoista.
Ella recibe humanista
Al santo y al condenado
Al pobre, al acaudalado
Al perverso, al bueno al caco
Al honrado, al gordo, al flaco
Al bruto y al ilustrado
Al rodar del ataúd
En la hueca sepultura
Se igualan en línea oscura
El crimen y la virtud.
Y en eterna lacitud
Queda todo movimiento
Lanza gemidos el viento
Y la soledad aterra
Y ruedan sobre la tierra
Los cráneos sin pensamiento
Aquí en este triste Erial
Donde sucumbir es ley
El esqueleto de un rey
Al de un esclavo es igual.
Aquí al toque funeral
De la sonora campana
Queda la cabeza cana
Como la de un negro pelo
Y ñata dando recelo
Es la calavera humana.
Aquí en este entristecido
Y lúgubre camposanto
Termina del vate el encanto
Y del músico el sonido
Del pintor el colorido
Y de su cerebro el foco
Se consume sin sofoco
Y solo queda el recuerdo
Aquí tanto vale un cuerdo
Como lo que vale un loco.
Todo corazón se aterra
Al llegar a esta mansión
Viendo clavar el cajón
Que se comerá la tierra
Cuanddo una tumba se cierra
El alma gime asustada
Y esa humana bandada
Que a otro viene a sepultar
Mañana en este lugar
Será polvo y será nada.
En esta mansión glacial
donde lo fatuo refleja
Se pudre la carne vieja
como la carne jovial
aquí el necio se hace igual
al urbano de ilustrada
sociedad civilizada;
y aquí la odiosa riqueza
es igual a la pobreza
todo aquí es polvo es nada.
Y dijo la calavera:
Aquí en este camposanto
se perdió todo mi encanto
con que vanidosa era
se acabó mi cabellera
que un tiempo fue enflorada
y mi mejilla rosada
como gasa de arrebol
mis ojos que envidió el sol
aquí se volvieron nada.
Tan solo el dolor es fuerte
la vida es vano capullo
yo vi acabarse mi orgullo
bajo el peso de la muerte.
Ya todo es materia inerte
y aquí en este lugar
se tiene que terminar
el genio que esplendor tiene
y melancólico viene
las tumbas a visitar.
Llorar en estos desiertos
es una cosa muy vaga
porque el llanto nada apaga
ni resucita a los muertos
que de paños recubiertos
están en la loza fría
aquí en un tétrico día
cae el que peca, el que no peca
así haciendo horrible mueca
la calavera decía.
Aquí está la gran verdad
que sobre el orgullo pesa
aquí la gentil belleza
es igual a la fealdad
aquí acaba la maldad
y la bondad apreciada
aquí la mujer casada
es igual a la soltera
me decía la calavera
con una voz apagada.
Yo soy el cráneo de aquella
a quien le cantaste un día
poemas que no merecía
porque no era así tan bella.
como la primera estrella
del oriente al tulipán
a quien las auroras dan
el rocío que se deslíe
aquí el que de mi se ríe
de él mañana se reirán.
Yo escuchando aquella cosa
y lleno de horrible espanto
salí de aquel camposanto
como fugaz mariposa
la luna pura y radiosa
vertía su lumbre fugaz
y la calavera audaz
dijo al mirarme correr
Aquí tienes que volver
y calavera serás.
Ante razón tan sentida
sentí por el cuerpo mío
un extraño escalofrío
casi perdiendo la vida.
con el alma entristecida
llegué a mi celda cristiana
meditando que mañana
por firme ley de la parca
debo habitar la comarca
de La Gran Miseria Humana.
Autor: Gabriel Escorcia Gravini "El Poeta Cantor de la Muerte"
Soledad-Atlántico
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